El éxito del e-commerce (o comercio electrónico) ha aumentado de forma exponencial en los últimos tiempos debido, en gran parte, a una creciente masa de consumidores que han descubierto la facilidad de comprar con un par de clics o toques de pantalla desde cualquier lugar, sin importar el dispositivo y gracias a conexiones más rápidas y a plataformas de venta con una experiencia de uso más ágil y sencilla.
De hecho, la realización de compras online lleva años evolucionando, lo que ha requerido constantes ajustes en los modelos de negocio de las marcas para adaptarlos a la forma de consumo de los usuarios.
Pero ¿qué es el e-commerce? ¿Y qué beneficios puede aportarnos?
¿Qué es el e-commerce?
Al principio, el e-commerce se refería a las transacciones que se efectuaban a través de medios electrónicos como el intercambio telemático de datos.
A mediados de los años 90 apareció el concepto de venta de servicios por medio de la red, y el pago se efectuaba con tarjetas de crédito.
Actualmente, el e-commerce se entiende como el marketing, información, distribución, compra y venta de productos o servicios por medio de internet. Las marcas quieren (y necesitan) mantenerse activas y poder proporcionar a sus clientes lo que piden, sin importar el momento ni el lugar. Un buen ejemplo sería, por ejemplo, La Bella Carmela.
Sin duda, 2020 y los acontecimientos que han alterado el orden y la perspectiva de nuestra realidad cotidiana han acelerado el proceso, haciendo que muchos usuarios se viesen obligados a utilizar un servicio del que hasta ahora «desconfiaban»; y nada más lejos… Listas de productos favoritos, posibilidad de repetir pedidos anteriores, sugerencias de compra según las webs visitadas (las míticas «cookies«) o incluso la ayuda de asistentes inteligentes como Alexa o Google Assistant (Internet of Things), han hecho ganar muchos adept@s al e-commerce, que será determinante y protagónico en el futuro inmediato.
Tipos de e-commerce
El mundo del comercio electrónico abarca muchos conceptos y aspectos. Por ello, podemos encontrar diferentes tipos. Las modalidades de comercio electrónico más populares, dependiendo del tipo de cliente al que se dirige el negocio, son:
– Business to business o B2B: empresas que tienen como clientes finales a otras empresas.
– Business to consumer o B2C: empresas que le venden directamente al consumidor final del producto o servicio.
– Consumer to business o C2B: los consumidores publican su producto o servicio y las empresas hacen una oferta por ellos.
– Consumer to consumer o C2C: el consumidor puede vender a otros consumidores; la manera más popular de hacerlo en la actualidad es por medio de aplicaciones de compra y venta de fácil acceso (p. ej. Wallapop).
Según el modelo de negocio
Existe otra clasificación, a partir del modelo de negocio:
– De afiliación: La tienda no envía el producto y el cierre de venta no se realiza en su plataforma. Manda al cliente a otra plataforma, la cual cobra una comisión por efectuar la venta.
– Tienda online: Se crea una versión «digital» de la tienda física, con productos de las mismas características e incluso mejores precios.
– Dropshipping: En este caso, es un intermediario quien se encarga de enviar el producto al comprador.
– Suscripción: Con este tipo de negocio se busca lograr compras frecuentes. El tiempo de la suscripción varía: las más comunes son mensuales, pero también las hay semanales, quincenales, etc.
– Marketplace: No es exactamente un e-commerce. Aquí, diferentes compradores ofrecen sus productos ya sean nuevos o de segunda mano.
Ventajas del e–commerce
– Bajo coste de operación.
– Ingresos potenciales las 24 horas del día durante los 7 días de la semana.
– Gestión de ventas y compras desde cualquier parte del mundo.
– Permite exhibir de manera más eficaz los productos más vendidos.
– El método de compra se vuelve mucho más sencillo.
– Se obtienen bases de datos de los clientes.
– Los clientes no se sienten hostigados, tal y como sucede con los vendedores de una tienda física.
Sin duda, el e-commerce ha llegado para quedarse, para cambiar la forma de operar los negocios y adaptarse a la nueva realidad de comunicación y consumo de los clientes.